Estamos ante una pandemia mundial. La COVID-19 se propaga con rapidez por todos los territorios, una crisis sanitaria como la actual no entiende de país de origen. Los virus no saben de fronteras y todas las personas estamos expuestas a ser portadores del mismo modo. Todos los seres humanos somos transmisores potenciales del virus. Además, según un proyecto internacional de código abierto llamado Nextstrain, que está tomando la secuenciación genética de los virus  podemos ver que la COVID-19 se introdujo en nuestro país en tres mutaciones distintas, que provenían de distintos orígenes.

Por todo ello, es importante puntualizar que achacar la propagación de este virus a un colectivo concreto es sólo síntoma de racismo y xenofobia, este argumento que esgrime, por ejemplo, el ultraxenófobo primer ministro  húngaro, Víktor Orbán, no tiene ninguna base científica ni médica. 

Que el coronavirus y la crisis sanitaria y económica,  no sean una excusa para que seguir propagando la xenofobia y el racismo.